No cabe duda de
que uno de los capítulos más interesantes, desconocidos y con un futuro
prospectivo mayor en el campo de la ecografía fetal es el estudio de la
anatomía y la fisiología del corazón y de los grandes vasos. Con el eco
procedente de las estructuras sólidas del corazón se obtiene información sobre
la forma y la estructura cardíaca que se representa en los estudios en modo M y
2D. Con el sonido reflejado por los eritrocitos que circulan por su interior se
reconstruye la imagen Doppler, que ayuda a valorar mejor los aspectos
funcionales. La ecocardiografía prenatal contribuye a definir la anatomía y la
función del corazón fetal y a identificar sus defectos congénitos, ayuda a
determinar el sitio y la ruta del parto en caso de severas anormalidades
cardíacas, ha logrado aumentar la habilidad para proporcionar mejor consejo genético
que incluye la interrupción del embarazo, permite la sofisticada monitorización
de las arritmias cardíacas y es imprescindible en la intervención quirúrgica
fetal. El ultrasonido obstétrico a las 22 semanas de gestación no es
suficiente, en ocasiones, para descartar totalmente una anormalidad compleja
del corazón fetal porque puede dar un falso negativo, como la tetralogía de
Fallot y otras anomalías de difícil diagnóstico en etapas tempranas, debido a
las características anatómicas y de la circulación del corazón fetal; por
tanto, en relación con el diagnóstico posnatal, se acepta la posibilidad de
orientarlo en un alto número de casos y utilizar los métodos de examen físico y
exámenes complementarios habituales o el estudio hemodinámico si es necesario.
La ecocardiografía
Doppler se usa para estudiar la fisiología cardiovascular fetal a nivel
cardíaco, umbilical y placentario y es de mucha utilidad en la evaluación de las
cardiopatías congénitas. La ecocardiografía fetal es un procedimiento diagnóstico
ultrasonográfico de tercer nivel; se conoce también como ecocardiografía el
examen ultrasonográfico de nivel primario o secundario, en el que se realiza
una evaluación del corazón fetal con menos detalles (visión de cuatro cámaras y
tractos de salida). Tradicionalmente se ha propuesto reservar el estudio
ecocardiográfico a pacientes de alto riesgo; sin embargo, para algunos autores,
existen fetos con diagnóstico de cardiopatía que presentan pocas evidencias de
riesgo. La visión de cuatro cámaras se ha relacionado con un alto valor
predictivo negativo. Un estudio prospectivo de cohorte concluyó que la visión
de cuatro cámaras y tractos de salida realizada en una población de bajo riesgo
tenía una sensibilidad muy por debajo que aquella obtenida por la
ecocardiografía “detallada” en una población de alto riesgo (14.3% versus
62.5%).
Los avances y las
novedades en el campo del diagnóstico por la imagen en las CC se refieren,
sobre todo, a la ecocardiografía tridimensional (3D), la resonancia magnética
nuclear y la tomografía axial computadorizada. La aparición en la escena
clínica de la ecocardiografía 3D en tiempo real ha dado lugar a diferentes
trabajos que valoran la fiabilidad del método desde el feto hasta el adulto. Se
cree que en los próximos años esta técnica constituirá una auténtica revolución
en el estudio y el tratamiento de las cardiopatías congénitas. La resonancia
magnética tiene importantes ventajas para evaluar las CC pues no requiere
radiación ionizante y la tomografía axial computadorizada por su rápida
adquisición de imágenes y la capacidad de obtener gran volumen de datos. La
Cardiología fetal comenzó hace más de 25 años como un tema de investigación
clínica en el feto y en la actualidad constituye un capítulo importante dentro
de la Cardiología con la detección y el diagnóstico prenatal de las
cardiopatías congénitas.
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